Fluxus busca la fusión de las prácticas artísticas, mezcla la cultura popular, el juego, lo insólito e insignificante. Sus bases giran en torno a lo simple, a la diversión sin pretensiones y la divulgación de temas triviales sin interés alguno en el valor comercial y el dominio de técnicas, escapando así de la tentativa de categorización del arte.
Este fenómeno se nutría de objetos insólitos, ejercicios performaticos o multimedia que buscaban por medio de sus acciones crear un hilo conductor con la realidad. Fluxus se muestra como un grupo que persigue la idea de lo colectivo, proponiendo los diversos lenguajes como medios para renovar el arte.
Los artistas y espectadores están invitados a participar de las actividades tanto como lo decidan. Cada decisión tomada en dichos espacios suman a las obras, aportando valores creativos y estimulantes con cada momento de acción y reacción.
Cut Piece
Yoko Ono,1965.
En este acto Yoko Ono invitó al público a acercársele y cortarle la ropa mientras ella se encontraba sentada en medio de un escenario. A medida que las prendas iban cayendo, así mismo lo hacía la neutralidad de la relación espectador/obra de arte. Con este performance la artista expuso mediante un acto agresivo que revela un cuerpo pasivo la idea del cuerpo femenino como objeto de arte a través de los años. La forma recíproca en la que el espectador se relaciona con la artista los convierte a ambos en objetos entre sí, exponiendo también el desentendimiento de la idea de dañar o romper el objeto de percepción.
La obra es una pieza clave dentro del movimiento Fluxus por la manera en que se relaciona con el cuerpo de la artista y también por la forma en que rompe las distinciones entre arte y vida.
“Fluxus transformó el arte de un objeto de contemplación estética a un gesto de acción política".

Fluxus se declaraba en oposición al objeto artístico tal y como ha sido concebido en la historia del arte durante siglos, se desligaron del valor comercial e institucional denominándose "anti-arte"
De alguna manera esto resulta paradógico, puesto que al producir bajo estas características, marcaron un punto de inflexion que más adelante sería valorado y catalogado como aquello a lo que se proclamaban contrarios.
Al hablar de un recorrido cotidiano solo puedo pensar en dos trayectos constantes que conforman parte de algo en lo que invierto tiempo día a día: ir a trabajar.

En este recorrido sonoro superpuse dos grabaciones hechas en diferentes días sobre el mismo trayecto, uno en el colectivo y otro caminando. Las voces, los murmullos, las puertas que se abren y cierran y el canto de los pajaros se mezclan en distintas intensidades buscando desdibujar poco a poco la barrera entre ruido y sonido que a veces, dependiendo del momento, acobijan y acompañan o molestan y desgastan.
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